Las gamberradas continúan en el Parque de María Luisa,
curiosamente coinciden con el final del curso y la vuelta de las vacaciones.
Desgraciadamente los políticos no se dan cuenta que vallando los jardines no es
la solución cuando no existe apenas seguridad. Un coche de una empresa privada
no persuaden a los hooligans de la nocturnidad y ni tienen competencias para
detener a estos “indeseables”. El Ayuntamiento debería potenciar la actuación
de la Policía Municipal en la vigilancia del maravilloso paraje.
Desgraciadamente la botellona se va desplazando a diferentes puntos cuando la
van expulsando de un punto anterior pero esto no puede servir de escusa para
bajar los brazos.
Pintadas en la Torre Norte de la Plaza de España |
Pintada a más de tres metros de altura en la caseta de servicios públicos.